Mucha gente conoce la “Campanella di Capri” , pero no todos saben que detrás de esta preciosa joya de la suerte que se suele regalar a los seres queridos, se esconde una antigua leyenda, la de la Campanina di San Michele. “En la isla de Capri vivía un muchacho pastor, muy pobre y huérfano, no poseía bienes materiales excepto sus ovejitas. Una tarde, al anochecer, se detuvo a recoger unas flores y cuando se giró para llamar a las ovejas ya no las encontraba. Pero en su desesperación creyó oír un lejano sonido de campanas y, pensando que era el sonido de la campana de su oveja, se dirigió hacia el lugar de donde provenía. Corrió descalzo entre las zarzas y las rocas hasta llegar al borde de un barranco. Una luz repentina lo deslumbró: era San Miguel en su caballo blanco. “Hijo mío”, dijo el santo quitándose del cuello una campanilla que colgaba de su pecho, “tómala y sigue siempre el sonido, te salvará de todo peligro”. El pastorcillo trajo el regalo a su madre y la campana salió de su bolsillo envuelta en el marco de un trébol de cuatro hojas . Desde entonces su vida cambió para siempre y todos sus deseos terrenales se cumplieron”. En el lugar de la aparición del Santo se construyó la Villa San Michele, hoy conocida en todo el mundo. Desde entonces, la Campana de Capri ha sido un símbolo de suerte y felicidad y cuenta la leyenda que la Campana de Capri debe regalarse a las personas que se consideran verdaderamente especiales porque, con cada sonido, cada deseo se hará realidad.